Lekeitio: un pueblo con isla privada

Lekeitio significa “lugar cerrado”, y es que esta es, precisamente la disposición de este pequeño pueblo de Vizcaya, encerrado entre montañas y que se ofrece al mar. Lekeitio está a 50 km de Bilbao, por lo que quienes anden de visita en la ciudad y quieran conocer el encanto típico de un pueblo vasco con tradición marinera, lo tienen a un tiro de piedra.

Visitar Lekeitio es enamorarse de los increíbles paisajes que Euskadi ofrece. El verde de sus bosques es un soplo de aire fresco, y el resto de atractivos que reúne esta pequeña población de apenas 7000 habitantes no se le queda a la zaga. Playas, legado histórico, montaña, fiestas patronales, deportes acuáticos, actividades culturales…

Lekeito es todavía una joya por descubrir, un lugar donde puedes plantearte tu visita de mil formas distintas. En mi caso, mis prioridades eran conocer los principales lugares de interés histórico artístico que presenta, vivir de cerca esa atmósfera tan particular que tienen los pueblos pesqueros, y cómo no, disfrutar de la incomparable gastronomía del país vasco.

isla de san nicolas lekeitio
Isla de san Nicolás, Lekeitio

Pero en muchos otros casos puede ser su playa, tanto como algunas de las actividades y conciertos musicales que se organizan allí, las que atraigan al visitante.

En mi recorrido por Lekeitio, la primera parada es la plaza del ayuntamiento, donde se encuentra la oficina de turismo. Allí, cualquiera que desee conocer los atractivos turísticos más destacados del pueblo tendrá la mejor guía y orientación. Esto es lo mejor que puedes hacer si no has planificado tu excursión a Lekeito y no te has enterado previamente de lo que hay que ver. Y es que, aunque se trate de un pueblo pequeño, es mucho mejor ir directamente a los lugares recomendados para aprovechar al máximo el tiempo, especialmente si, como en mi caso, tu estancia en el pueblo no va a ir más allá de 24 horas.

Tras salir de allí oportunamente informado, me dirijo a La Basílica de la Asunción. Me sorprende su tamaño, principalmente porque Lekeitio es un pueblo pequeño y uno espera encontrar algo más modesto. Allí, en su interior, puede admirarse un retablo flamenco del siglo XVI, y también se organizan ocasionalmente conciertos de música clásica.

Avanzando hacia la zona de los acantilados, pueden admirarse otras dos edificaciones religiosas, la Ermita de San Juan, desde cuyas inmediaciones puede gozarse de una vista fantástica del mar, y la Ermita de Santa Katalina, cerca de la cual se ubica el faro y la cueva del mismo nombre, esta última, con presencia de restos prehistóricos.También merece la pena ver la Torre Zahar, el edificio más antíguo del pueblo, o el Palacio de Zubieta.

palacio zubieta
Palacio Zubieta, Lekeitio

Pero más allá de construcciones arquitectónicas, uno de los grandes atractivos del pueblo es el mar. Todas las calles de Lekeitio dan a él y un pueblo que vive de la pesca y la industria conservera del pescado no puede negar la enorme influencia que éste tiene. El rompeolas, los acantilados, el puerto deportivo, la playa…son tantos los lugares en los que el mar cobra protagonismo que marca sin duda la personalidad de este pueblo.

Lekeitio puede presumir de tener una isla propia, como es la isla de San Nicolás, comunicada con tierra por una pasarela, pero a la que se puede acceder solo cuando la marea está baja. Pasear por la isla, entre la espesura del bosque, es una sensación muy agradable, que además permite tener una perspectiva distinta de Lekeito al poder observar el pueblo desde el ángulo opuesto.

Y cómo no, estando en Euskadi y con la brisa del mar que abre el apetito, no tarda uno demasiado tiempo en sentir la necesidad de comprobar las bondades de la gastronomía vasca. El problema está en elegir qué y donde, porque no falta oferta de lugares y delicias entre las que elegir, y ni siquiera es necesario que uno acuda a un restaurante de categoría.

Basilica de la Asuncion
Basílica de la Asunción

Comer bien en el País Vasco puede hacerse en casi cualquier parte, y hasta en la taberna más modesta uno puede saborear unos pinxos de esos que que te alegran el día. Sin ir más lejos, los que probé en el bar Marina, extraordinarios. Y si quieres disfrutar un pescado de categoría, en las afueras está el Mesón Arropaín, donde el dueño te asesora convenientemente de qué es lo mejor del día que puede ofrecer.

En cuanto a donde alojarte en Lekeitio, en mi caso fui a lo seguro y me decidí por el Hotel Zubieta, el que mejor valoración tiene en Tripadvisor. No es barato, pero tampoco demasiado caro, la atmósfera es genial, con unas preciosas vistas de la naturaleza, y está a diez minutos andando del centro del pueblo. En definitiva, todo el encanto de lo rural, pero con las suficientes comodidades.¡ Y el desayuno bufet me encantó!

Acerca de roberto mazzanti

Hola soy roberto, un italiano que ha vivido 10 años en España que adora los viajes y todo lo relacionado con ellos. Después de tanto viaje, he decidido compartirlos con todo el mundo y desde 2013 soy administrador de www.laotraruta.org. Gracias a mucho trabajo y esfuerzo, después de 2 años, estoy viviendo de blogging y hace poco he salido de viaje indefinido (te cuento todas mis aventuras en mi nueva web: italoespañol). Los sueños se pueden hacer realidad, sólo hay que focalizarlos ;)

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