Siena: la pequeña perla de Italia

La ciudad de Siena (región de la Toscana en Italia) es universalmente conocida por su patrimonio histórico, artístico, paisajístico y por su unidad de estilo en su ser medieval. Gracias a todo esto en 1955 su centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En siena también tiene su sede el banco más antiguo del mundo: el Monte dei Paschi fundado en 1472.

La belleza de Siena sólo se aprecia algún día después de haberla dejado. Cuando se está allí, demasiado ocupados tratando de ver lo más posible, no se da uno cuenta de la belleza de esta ciudad del centro de Toscana. Los recuerdos sólo emergen después de algún día: vuelve a la mente la piazza del campo con el palazzo pubblico y la torre del mangia; luego el blanco y negro de la Catedral, el Baptisterio y todo lo demás.

Torre del Mangia
Torre del Mangia

Pero quizás más que todo se recuerda el color de las fachadas de los edificios y de los tejados, aquel «Tierra de Siena» conocido en todo el mundo que deja el paisaje ciudadano coherente, armonioso y bonito para mirar. Quizás sea esto que hace de Siena una ciudad tan fascinante y amada: ha quedado como en la Edad Media y es una especie de viaje en el tiempo, la búsqueda de una época de oro que perteneció a muchas otras pequeñas y grandes ciudades italianas y que no volverá más.

Siena tal vez no esté en todas las guías de la Toscana (como puede ser Florencia o Pisa) pero no se está siendo justos con ella. Este «pueblo grande» (sin llegar a tener las decenas de cosas que ver que puede tener Florencia) ofrece mucho más por ejemplo que Pisa que al final solo ofrece su torre (muy sobrevalorada).
Los lugares imprescindibles que hay que visitar en Siena son:

Piazza del Campo

La Piazza del Campo de Siena es considerada una de las más bonitas plazas del mundo. Tiene una característica forma de concha, que se puede admirar sólo desde lo alto de la Torre del Mangia. Desde el 1300 es el centro de la vida de Siena y ha desarrollado la función de mercado y lugar de encuentro de los sieneses durante momentos políticos importantes, fiestas, etc… Como todavía ocurre dos veces al año durante el famoso Palio. Hoy Piazza del Campo es el lugar turístico por excelencia de Siena, punto de paso obligado en que los restaurantes y las tiendas de souvenir mandan, sin llegar a ofuscar la belleza de la plaza.

La ligera inclinación hace más imponente el perfil del Palazzo Pubblico con la Torre del Mangia, mientras que toda la plaza es rodeada por las bonitas e imponentes fachadas de los edificios más nobles. El ritual turístico por excelencia prevé sentarse o tumbarse en la plaza para admirar el trozo de cielo que se abre sobre ella (también es una manera para descansar después de tantas subidas y bajadas por las callejuelas de la ciudad). En la parte alta de la plaza está la fonte gaia (la fuente alegre), la más bonita de las fuentes de Siena. La que se admira hoy en Plaza del Campo es una copia de la que Jacopo della Quercia talló entre el 1409 y el 1419.

Piazza del Campo
Piazza del Campo

Si se está por Siena el 2 de julio o el 16 de agosto se tendrá la oportunidad única de vivir el famoso Palio de Siena. El palio de Siena es una competición entre los barrios de Siena en donde cada uno de ellos participa con su caballo en una carrera de origen medieval que se desarrolla alrededor de la piazza del campo.
La «Carriera», como viene tradicionalmente llamada la carrera, normalmente se desarrolla dos veces el año: el 2 de julio se corre el Palio de julio, en honor a la Virgen de Provenzano y el 16 de agosto el Palio de Medio agosto (corrido en origen el 15 de agosto) en honor a la asunción de la Virgen.

En ocasión de acontecimientos excepcionales, como por ejemplo en el 1969 la conquista de la Luna por  parte de la misión Apolo 11, o de solemnidades ciudadanas o nacionales relevantes y pertinentes (por ej. el centenario de la unidad de Italia), los ciudadanos de Siena pueden decidir efectuar un Palio extraordinario, entre mayo y septiembre (lo último se ha tenido en el 2000, para celebrar la entrada en el nuevo milenio).

Fiesta del Palio de Siena
Fiesta del Palio de Siena

La Torre del Mangia

Si padecéis de vértigos, quizás no sea el caso de aventurarse hasta los 88 metros de la Torre del Mangia, pero os advertimos que os perderéis una vista excepcional. Desde allí arriba, en efecto, el espectáculo es impresionante. Se puede ver toda Siena: desde Plaza del Campo, a la Catedral y un poco más lejano, las colinas del entorno.

La torre toma el nombre de Giovanni di Duccio, primer guarda que se pasó la vida gastando todas sus fortunas comiendo en las tascas de Siena. Los sieneses lo re-nombraron Mangiaguadagni (come-ganancias), y de ahí el nombre Torre del Mangia. La leyenda cuenta que durante la construcción a los pies de la torre hayan sido enterradas monedas y que a cada rincón de la torre hay piedras con inscripciones latinas y hebreas, con la tarea de tener lejanos de la Torre truenos y tempestades.

El Duomo de Siena (La Catedral de Siena)

Se llega generalmente a la Catedral después de haber visitado Plaza del Campo. Todavía encantados por las bellezas de la plaza uno no se esperaría nada mejor en esta ciudad: ¿Qué podrá ofrecer Siena de más grande y bonito? La respuesta es simple: la Catedral con la fachada en que prevalecen el blanco y el negro. Pero por cuánto espléndida, no es esta la parte mejor de esta iglesia dedicada a Maria. Las joyas más importantes están en el interior: el suelo, lleno de símbolos esotéricos e historias religiosas: está la Matanza de los Inocentes, el Rey David y Ermete Trismegisto, la vida de Moisés y el Sacrificio de Iefte.

En la nave izquierda, antes del transepto, se abre la Librería Piccolomini, pintada por Pinturicchio y que a pesar del nombre no ha hospedado nunca los libros de Papa Pio II. Enseguida después de la Librería se  encuentra la Capilla Piccolomini, dónde Miguel Ángel trabajó del 1501 al 1504 tallándo las 4 estatuas de los nichos inferiores. No os perdáis tampoco el Púlpito, realizado por Nicola Pisano, con escenas bíblicas y de la vida de Jesús.

Duomo de Siena
Duomo de Siena

El Baptisterio de Siena

Justo detrás del Duomo de Siena, desde el 1325 el Baptisterio contiende a la catedral el papel de lugar religioso más importante de la ciudad. Durante muchos siglos bajo la rueda ojival del Baptisterio han sido bautizados todos los sieneses, ilustres y no. Encima de impresionan los frescos de Benvenuto di Giovanni, los Milagros de Sant’Antonio de Padua -1460, Pietro degli Orioli, Lavanda de los Pies y Lorenzo di Pietro conocido como la «vecchietta» (viejecita) con algunos frescos en los arcos con Artículos del Credo 1447/1450. Pero el protagonista del Baptisterio es la fuente bautismal de bronce y mármol justo en el centro Baptisterio. Han dejado sus huellas en ella Jacopo de la Quercia, Giovanni de Turino, Lorenzo Ghiberti y Donatello, que realizó también los ángeles de bronce que decoran el tabernáculo.

El Palazzo Pubblico

El palazzo público de Siena es el lugar por excelencia del poder político de Siena. De hecho, desde el gobierno de los nueve (que en 1300 hizo Siena bonita como la vemos hoy en día) hasta hoy, todos los gobernadores de Siena han residido aquí. Si sólo nueve «políticos» han logrado imaginar y hacer realizar esta maravilla, deberíamos esperar algo mejor de los centenares de administradores que en estos tiempos ocupan los ayuntamientos… El palazzo pubblico de Siena es considerado uno de los más bonitos edificios civiles de Italia, desde siempre admirado por la majestuosidad y la armonía.

Una belleza que ya se percibió durante la construcción y que empujó el gobierno ciudadano a emitir un edicto que obligó los propietarios de las casas de Plaza del Campo a construir los edificios en coherencia estilística con el palazzo pubblico pero no más bellos y grandes. En el edificio se encuentra el Museo Cívico de Siena, con los famosos frescos de Ambrosio Lorenzetti que representan la alegoría del buen y mal gobierno.

El palazzo pubblico, Siena
El palazzo pubblico, Siena

El Museo Cívico de Siena

El Museo Cívico de Siena contiene a una de las alegorías más famosas del mundo: la del mal y del buen gobierno, pintada sobre las paredes por Ambrosio Lorenzetti. En 1337 el Gobierno de los Nueve mandó Ambrosio Lorenzetti decorar la sala donde se acogían los huéspedes con un fresco que representara los ideales del gobierno de Siena. Por la primera vez en la historia del arte, se pinta un ciclo pictórico en que el tema predominante no es religioso sino civil.

El resultado es la alegoría del buen y el mal gobierno, extraordinario cuento de como el modo de gobernar, la separación de los poderes, la participación de los ciudadanos y la fuerza militar, son los elementos que deciden el bienestar o la decadencia de una sociedad. El otro grande protagonista del Museo es la Majestad de Simone Martini, que los Nueve hicieron pintar para testimoniar la gran devoción que los sieneses tienen hacia la virgen.

Qué comer en Siena

No se puede hablar, y probar, la cocina de Siena sin hablar del territorio en que nacen sus productos. Las colinas alrededor de la ciudad regalan desde hace siglos aceite, vino, carne y hortalizas. Gracias a la sabiduría campesina cultivada en los siglos, estos ingredientes se transforman en una cocina auténticamente popular, algo mellada por la modernidad. Con el jabalí (en particular el Cinta Senese) y la liebre se preparan crostinis, pappardelle y carne a la brasa.

Con los crostinis (servidos como entrantes) se sirven embutidos, queso pecorino, miel y fegatelli. Entre las sopas invernales la ribollita es la que más de todas ayuda a superar el frío. Siempre presentes los grandes vinos de Siena y de la provincia: el Chianti, el Brunello de Montalcino, el Montepulciano y la Vernaccia de San Gimignano. Para quién no se levanta de la mesa sin haber cerrado con el postre, sólo hay la incomodidad de la elección: cantucci, ricciarelli, panforte y cavallucci, acompañados por el clásico Vin Santo.

Cantucci de Siena
Cantucci de Siena

Salir de noche en Siena

Por la noche Siena no ofrece las diversiones de una gran ciudad, y ciertamente no es esto lo que busca quien elige visitar el centro toscano. Del resto después de un día dado a visitar museos, iglesias, edificios, afrontando las empinadas calles, se tiene difícilmente la fuerza y las ganas de ir a algún local. Pues la actividad preferida de los turistas de visita a Siena es una bonita cena típica en el restaurante y luego un lento pasear entre los callejones para tratar digerir la sustanciosa cocina sienes.

El punto de llegada siempre es Plaza del Campo. Cuando el tiempo lo permite, se suele sentarse en el centro de la plaza (alguien se tumba) y se admira el cielo estrellado. ¿Qué importa que no haya discotecas y locales a la moda, frente a toda esta belleza?

Acerca de roberto mazzanti

Hola soy roberto, un italiano que ha vivido 10 años en España que adora los viajes y todo lo relacionado con ellos. Después de tanto viaje, he decidido compartirlos con todo el mundo y desde 2013 soy administrador de www.laotraruta.org. Gracias a mucho trabajo y esfuerzo, después de 2 años, estoy viviendo de blogging y hace poco he salido de viaje indefinido (te cuento todas mis aventuras en mi nueva web: italoespañol). Los sueños se pueden hacer realidad, sólo hay que focalizarlos ;)

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